Apagón nacional

Así se vivió el gran apagón del 28 de abril en Manzanares

La incertidumbre reinó en una jornada en la que la radio se convirtió en el artículo más cotizado y la ciudadanía se echó a la calle

El 28 de abril de 2025 ya es un día que quedará marcado en la memoria de todo un país. El apagón nacional que comenzó en torno a las 12:30 horas paralizó España entre sentimientos de incertidumbre, incredulidad y desasosiego. En Manzanares, por la tarde, la ciudadanía se echó a la calle y fueron muchas las personas que salieron en busca de radios, linternas, velas o pilas: los artículos más cotizados en una jornada que, salvo excepciones, se vivió con una “moderada normalidad”.

A las 12:30 horas todo se detuvo. Lo que en principio parecía un momentáneo corte de electricidad, con el paso de los minutos se convertía en un gran apagón nacional, marcando en rojo una fecha que ya nadie olvidará: el 28 de abril de 2025. Después de unas primeras horas de mucha incertidumbre y tras el anuncio en torno a las 15 horas por parte del Ayuntamiento de la suspensión de gran parte de los servicios municipales, las calles de Manzanares se llenaban de gente.

“El tiempo acompaña y como en casa no se puede hacer otra cosa, hay que salir a la calle a pasear y disfrutar del día”, señalaba un viandante que aseguraba que la jornada “se está viviendo con naturalidad, a la vez que con sorpresa y adaptación”. Y recordaba que “hay que colaborar en todo lo que haya que hacer para no complicar nada a los centros hospitalarios ni a la policía”.

Una de las imágenes que nos dejó el apagón fue una plaza de la Constitución repleta de familias, que aprovecharon para pasar, de la manera más “normal”, una soleada tarde de lunes: “no sabemos qué va a pasar ni cómo vamos a calentar los biberones esta noche, pero estamos intentando ser lo más positivos posible, ¿qué mejor plan que salir a la calle”, aseguraba uno de los padres.

El de ayer bien podría denominarse “el día de los transistores”, pues la radio se convirtió en la gran aliada para mantenerse al tanto de las últimas noticias. Y, si es en una terraza y en buena compañía, mucho mejor, como algunos grupos que no dudaron en reunirse en torno a la radio al tiempo que disfrutaban de una bebida refrescante.

Pero, no todos disponían de radio en casa y tuvieron que salir a adquirirla: “yo estoy comprando una radio”, aseguraba una clienta, “por lo menos para saber lo que pasa, porque no estamos acostumbrados a estar tan desconectados”. Si bien la mayoría de comercios permanecieron cerrados, hubo negocios para los que la tarde fue más que productiva; en algunos pudimos ver hasta colas de clientela esperando para comprar transistores, pilas, linternas o velas, los artículos más cotizados ayer.

Productos necesarios, sí, pero no indispensables. Y es que la preocupación para algunas personas iba más allá de poder comunicarse con los suyos o cenar caliente, ya que hay para quien la electricidad es, sencillamente, un elemento vital: “mi madre esta noche si no tiene luz no tiene máquina de oxígeno para poder respirar y tampoco puedo trasladarla porque vive en un segundo”, afirmaba una vecina.

Afortunadamente, a eso da las 11 de la noche la electricidad se restableció y el desasosiego y la incertidumbre se quedaron sólo en sentimientos pasajeros. Tras una jornada para la historia, toca regresar a la normalidad y, sobre todo, volver a disfrutar.