Cinco meses después, el mercadillo de Manzanares vuelve este viernes, 14 de agosto. Lo hará siguiendo un completo protocolo de reapertura elaborado por el Área de Consumo del Ayuntamiento. Policía Local y Protección Civil controlarán el aforo máximo, de 1.700 personas. Además, los puestos deben reducir su tamaño para mantener distancias entre ellos y habrá itinerarios de recorrido para el público.
El protocolo se ha elaborado siguiendo las instrucciones contempladas en las diferentes normativas. Establece medidas organizativas del espacio en cuanto a disposición de puestos, aforo e información, limpieza, seguridad e higiene.
La reapertura del mercadillo, que se celebrará los viernes no festivos de cada semana de 9 a 14 horas, se hará con la instalación de 101 puestos de venta, cumpliendo los requisitos de seguridad establecidos. El recinto estará delimitado con el fin de controlar el aforo, fijado en 1.700 personas, para garantizar la distancia mínima de seguridad entre los asistentes.
Policía Local y Protección Civil controlarán este aforo y, en caso de darse picos de afluencia, se adoptarán las medidas necesarias para ordenar la circulación de las personas y mantener la distancia mínima de seguridad de, al menos, dos metros. También velarán por la utilización obligatoria de mascarilla tanto por clientes como por vendedores. El mercadillo tendrá un itinerario de visita en un solo sentido y sus entradas y salidas estarán controladas. El tiempo de permanencia en el recinto será el estrictamente necesario para que la clientela pueda realizar sus compras.
Este protocolo también establece que la distribución lineal de los puestos respetará una separación de al menos dos metros de distancia entre los laterales y una vía de tránsito de al menos tres metros entre los puestos confrontados. Por ello, los vendedores deberán reducir sus puestos en un metro por cada lado, con el fin de dejar una distancia de dos metros entre puestos, a excepción de los ubicados en pasillos o zonas donde no exista vendedor colindante.
A lo largo del recinto existirá cartelería visible informando de medidas de distanciamiento e higiene, indicando también que, si una persona manifiesta síntomas compatibles con la COVID-19, deberá abandonar de inmediato el lugar y seguir las indicaciones del personal sanitario. Los aseos públicos se usarán responsablemente con las medidas de distanciamiento, con una ocupación máxima de una persona.
Como medidas preventivas en los puestos, la distancia entre vendedor y cliente será de un metro cuando se cuente con elementos de protección o barreras, y de dos metros si no existen estos elementos de protección. Se marcará una línea de seguridad en el suelo y/o cartelería informativa, de forma que se asegure la distancia de dos metros entre clientes cuando sea posible la atención individualizada de más de un cliente al mismo tiempo, que no podrá realizarse de manera simultánea por el mismo empleado.
Cuando no se pueda asegurar la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros entre trabajadores de un mismo puesto, se asegurará que estos trabajadores dispongan de los equipos de protección adecuados al nivel de riesgo.
Los vendedores utilizarán en todo momento mascarillas y dispondrán de gel hidroalcohólico o desinfectante con actividad virucida, pañuelos desechables y papeleras, preferiblemente con tapa, para residuos como pañuelos y otro material desechable. Estas papeleras deberán ser limpiadas de forma frecuente.
También se exige mantener el puesto ordenado, con los productos dispuestos de forma higiénica, adecuadamente separados por categorías y dando una imagen de limpieza segura en todo momento. En los de venta de textiles, los vendedores facilitarán gel hidroalcohólico o desinfectante con actividad virucida a los clientes a la hora de tocar las prendas. Dispondrán de una estrategia de tratamiento y/o desinfección de las prendas probadas y/o devueltas tras su adquisición. Los probadores deberán ser usados por una sola persona.
En el caso de que las prendas a disposición del cliente se muestren sobre una misma superficie en tumulto o “a barullo”, los clientes deberán usar guantes desechables de un solo uso que deberán ser facilitados por el vendedor.
En los puestos de venta de calzado se recomienda que las pruebas de los artículos se realicen con calcetines desechables o bolsa plástica proporcionados por el vendedor. Debe limpiarse el producto probado y no comprado y el devuelto.
En los puestos de venta de otros artículos, el cliente no podrá tocar las mercaderías, sino que será el comerciante quien se las enseñe, salvo que se utilicen guantes nuevos proporcionados por el vendedor o aquellos que aporte la clientela y que sean lavados con gel hidroalcohólico. Todo el muestrario deberá estar desinfectado y se realizará la desinfección de cada una de las piezas cada vez que se toque o se prueben.
El Área de Consumo indica que no se podrán poner a disposición de los clientes productos de prueba no destinados a la venta como cosméticos, productos de perfumería y similares que impliquen manipulación directa por sucesivos clientes.
En caso de devolución de productos, se debe realizar su desinfección o mantenerlos en estado de cuarentena antes de ponerlos nuevamente a la venta. Se aconseja proceder a su recogida con guantes desechables.
Este protocolo también establece medidas para la limpieza y desinfección frecuente del vehículo de carga de los vendedores mediante lejía de uso doméstico diluida en agua o desinfectante virucida autorizado. También obliga a limpiar y desinfectar mostradores y mesas u otros elementos de los puestos, mamparas en su caso, teclados, terminales de pago, pantallas táctiles, herramientas de trabajo y otros elementos susceptibles de manipulación, prestando especial atención a aquellos utilizados por más de un trabajador.
Terminada la jornada de mercadillo, cada vendedor procederá a la limpieza del sitio antes de marcharse, debiendo recoger en bolsas o recipientes cerrados las basuras producidas en su puesto y acumular atados los residuos como cajas y plásticos. En caso de incumplimiento será sancionado.