Recomendaciones sanitarias

Piel y radiación solar: todo lo que necesitas saber para protegerte este verano

La enfermera experta en dermatología, Sherezade Herrador, nos da las claves para elegir adecuadamente nuestro fotoprotector y prevenir los efectos adversos del sol

En esta época del año, donde la incidencia de la radiación solar es mayor, es importante que extrememos las precauciones a la hora de proteger nuestra piel. Desde conocer nuestro fototipo de piel hasta saber qué capacidad tiene nuestra piel de exposición al sol, sin olvidarnos de estar al tanto del índice de radiación ultravioleta… Toda esta información es esencial para protegernos adecuadamente. La enfermera experta en dermatología, Sherezade Herrador, nos ofrece algunas claves imprescindibles.

 

Es verano y todo el mundo quiere conseguir un buen bronceado, pero ¿por qué nos ponemos morenos y morenas? El bronceado es en realidad un mecanismo de defensa de la piel, debido a la exposición prolongada la piel activa la producción de melanina, que es la responsable del color de la piel y de protegerla de los efectos nocivos de los rayos UVA y UVB. La melanina se activa y se colorea y se distribuye a lo largo de la piel para formar una capa protectora. En este sentido, la cantidad de melanina que somos capaces de producir determina nuestro nivel de protección contra los rayos solares. Esto es el fototipo: la capacidad de la piel para protegerse de sol, asimilar su radiación y desarrollar lesiones como causa de dicha exposición.

Entonces, ¿cómo elegimos adecuadamente nuestro protector solar y qué nos indica la cifra que aparece en él? Para ello, debemos conocer otro concepto: el factor de protección solar, es decir, el índice que mide la capacidad protectora de un protector solar frente a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta tipo B (UVB) sobre la piel. Este valor estima cómo aumenta la capacidad de la piel para evitar una quemadura estando protegida y permite que nos orientemos acerca del tiempo que podemos tomar el sol sin que aparezca enrojecimiento o se produzca una quemadura solar en comparación con el tiempo de exposición sin filtro protector.

Por ejemplo, si un protector solar nos ofrece un factor 50, esto significa que la piel puede estar expuesta a los rayos UVB sin peligro 50 veces más tiempo que nuestra piel sin protección solar. Así, una persona que se queme a los diez minutos de estar expuesta al sol, cuando se aplique este fotoprotector, el tiempo que tardará en quemarse es de 500 minutos (10x50).

Otra de las cuestiones que debemos tener en cuenta al respecto de los protectores solares es la radiación solar. El espectro electromagnético de la radiación solar abarca desde la luz infrarroja, que es la menos energética, pasando por la luz visible, hasta la luz ultravioleta, que es la más energética de todas. Dentro de este espectro, se encuentran los rayos ultravioleta (UV), los cuales son invisibles al ojo humano y son una de las principales preocupaciones en el cuidado de la piel.

Sabiendo todo esto, es importante extremar las precauciones en las franjas horarias de mayor índice ultravioleta. Nuestra experta nos recomienda consultarlo siempre antes de salir de casa. En la aplicación meteorológica de nuestros teléfonos móvil, por ejemplo, podemos encontrar esta información.

Por todo ello, la recomendación es usar un fotoprotector con un factor de protección solar alto, al menos nivel 30. No importa el tiempo que nos expongamos a la radiación solar, un buen protector solar es necesario todos los días de nuestra vida. Y no nos olvidemos, la radiación solar es una fuente de energía esencial para nuestro organismo: mejora nuestro estado de ánimo, ayuda a regular nuestros ritmos circadianos, fortalece nuestro sistema inmunológico y, con la protección adecuada, puede contribuir a que mantengamos una piel saludable y luminosa.