Recomendaciones sanitarias ante la ola de calor

¿Qué es un golpe de calor, cómo lo identificamos y de qué manera debemos actuar?

En una semana de mucho riesgo, hablamos con la enfermera Sherezade Herrador sobre este fenómeno tan común en verano

Según la Agencia Estatal de Meteorología, la previsión es que este verano superemos las siete olas de calor registradas el pasado año Esta misma semana, se sucederán muchos días con alertas por altas temperaturas en La Mancha. Los problemas derivados de esta escalada de temperaturas afectan peligrosamente a la salud, especialmente, la de la población más vulnerable. Uno de los fenómenos más frecuentes es sufrir un golpe de calor. Sherezade Herrador, enfermera de Urgencias y Emergencias nos ofrece recomendaciones para prevenirlo y cómo actuar en caso de sufrirlo.

El golpe de calor está ocasionado por un aumento de la temperatura corporal debido al exceso de calor ambiental, sobre todo en condiciones de humedad, o de un esfuerzo físico intenso. Se caracteriza, principalmente, por una subida de la temperatura corporal por encima de los 40°C y alteraciones del sistema nervioso central consecuencia del fallo agudo del sistema regulador de la temperatura corporal.

La sanitaria ha diferenciado dos tipos de golpes de calor: los asociados a la edad y los que están relacionados con el esfuerzo, que suelen producirse en personas que practican deporte. Con los que debemos tener más cuidado es con los primeros, ya que suelen dar la cara con cierto retardo.

Mareos, náuseas, vómitos, confusión... son algunos de los síntomas que acompañan a un golpe de calor. Si no se detecta a tiempo, puede derivar en consecuencias mucho más graves como un fallo multiorgánico. Reaccionar a tiempo y correctamente es clave para evitar lo peor. Y, ¿cómo actuar en caso de sufrir un golpe de calor? Nuestra experta nos lo explica: “alejarnos de la fuente de calor, aplicar agua -en pequeñas cantidades- y alertar a los servicios sanitarios”.

Ante la incidencia de casos registrados este verano, Sanidad ha publicado un decálogo de recomendaciones en el que aconseja hidratación y pernoctar en lugares frescos, así como evitar bebidas con alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación. Es importante extremar las precauciones, sobre todo, con personas de mayor riesgo: bebés, gestantes, mayores o personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor, como es el caso de las enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, etc.