Apuntes de Historia

Cien años del convenio que permitió crear la red de agua potable y alcantarillado

El 29 de septiembre de 1920 se firmó el acuerdo entre el Ayuntamiento y la Sociedad de Aguas Potables

Hasta hace un siglo, el agua que se consumía en la mayoría de los hogares de Manzanares se obtenía de los propios pozos de las viviendas. Fue justo hace cien años cuando, un 29 de septiembre de 1920, se produjo un hecho trascendental para esta ciudad: se firmó el convenio entre el Ayuntamiento y la Sociedad de Aguas Potables y Alcantarillado para construir la red de abastecimiento.

Este centenario de la Sociedad de Aguas Potables y Alcantarillado de Manzanares protagoniza el último programa de ‘Apuntes de Historia’ en Manzanares10TV, en el que Miguel Ángel Maeso, autor del blog manzanareshistoria.es, explica la efeméride y todos sus pormenores.

A principios del siglo XX, Maeso cuenta que los vecinos se abastecían de sus propios pozos, que abundan en los patios o corrales de muchas casas. Al no existir red de evacuación de aguas residuales, los estercoleros o pozos negros que se utilizaban suponían un riesgo de contaminación y foco de infecciones. Por otro lado, una empresa de los marqueses de Salinas traía el agua desde la fuente de Siles hasta un depósito próximo a la fábrica de harinas, desde donde el agua se distribuía en carros cuba para su venta.

El crecimiento demográfico e industrial y las sequías veraniegas hacían insuficiente estos procedimientos. El Ayuntamiento de Manzanares intentó solucionar el problema de la falta de agua en 1916 con varios sondeos en el paraje de ‘Los Romeros’, a 18 kilómetros del casco urbano, y encargó el proyecto de conducción del agua y de la red de distribución y alcantarillado por las principales calles.

“Era una cuantiosa inversión ya que había que instalar una bomba de gran potencia, construir 15 kilómetros de tubería hasta un cerro, el Pocillo Máximo, construir un depósito para almacenarla, otra tubería hasta Manzanares y hacer la correspondiente red”, apunta Maeso.

Ante la gran inversión económica que suponía, y a la que el Ayuntamiento no podía hacer frente, los vecinos siguieron el ejemplo de un cuarto de siglo antes que permitió la llegada de la luz eléctrica al municipio -de la que el pasado 16 de junio se celebró el 125 aniversario- y tomaron la iniciativa para crear una sociedad anónima con 4.400 acciones de 250 pesetas cada una que fueron rápidamente suscritas.

De esta forma, el 29 de septiembre de 1920, la empresa y el Ayuntamiento firmaron el acuerdo de concesión del suministro de agua para que, en 10 años, realizase todo el proyecto. Las obras comenzaron en 1921. La tubería principal llegó a las afueras de Manzanares el 20 de julio de 1923. Al no existir aún red urbana, el agua se comercializó con carros cuba, al igual que hacía su competidora de los marqueses de Salinas con el agua de Siles, aunque a mitad de precio. En 1925 ya había más de 4.000 metros de tuberías y 5.500 metros de alcantarillado por el pueblo.

En 1926, la Sociedad pasó dificultades económicas pues los fondos aportados por los accionistas fueron insuficientes. Muchos vecinos no se hacían clientes y seguían utilizando sus pozos. De los 400 que tenían acceso a la red, solo 110 contrataron el servicio, según Miguel Ángel Maeso.

El Ayuntamiento de Manzanares debatió la necesidad de comprar la empresa y municipalizar la sociedad. Así se decidió, pero hubo una fuerte oposición vecinal ya que devolvía la inversión a los accionistas, algunos de los cuales adquirieron sus títulos a precios muy bajos y obtenían ganancias. Además, el propio alcalde, Agustín Serrano, era accionista y se beneficiaba personalmente de esa decisión, añade Maeso.

Pero también estaba la posición enfrentada de Manuel González de Jonte, marido de la marquesa de Salinas, propietarios de la empresa de la competencia. Sus muchos contactos -fue miembro de la Casa Militar de Alfonso XIII y profesor del Príncipe de Asturias-, hicieron fracasar la compra. Sus denuncias en periódicos de la época en 1927 hicieron que el Gobernador Civil cesara a toda la corporación municipal y nombrara alcalde a uno de los opositores al proyecto, Enrique Ochoa, persona muy cercana a Jonte.

A pesar de todos los inconvenientes, la empresa consiguió salir adelante con un nuevo endeudamiento. Extendió la red y mejoró el compromiso adquirido en 1920. Tras la Guerra Civil, en una coyuntura muy diferente, la Sociedad de Aguas Potables y Alcantarillado fue finalmente comprada por el Ayuntamiento de Manzanares. Hasta principios de los 70 del siglo XX no completó la red, por lo que durante el primer medio siglo de vida de la Sociedad de Aguas aún fue habitual la figura del “aguador” que repartía agua a domicilio en carros cuba. El último trabajó hasta el 20 de octubre de 1975, según la información recopilada por Miguel Ángel Maeso.