Manzanares ha vivido los últimos días una de las citas culturales más importantes del calendario estival, como es el Festival Internacional de Teatro Contemporáneo ‘Lazarillo’. Una variada programación en la que la organización ha optado por “propuestas arriesgadas” en una 49ª edición en la que, aseguran, el público ha respondido muy positivamente y se ha logrado retomar “la esencia del festival”.
Han sido ocho “intensas” jornadas de mucho trabajo para todo el equipo que hace posible el Festival Internacional de Teatro Contemporáneo ‘Lazarillo’, que se suman a los incontables días de preparativos en los que ponen todo su cariño para regalarle a Manzanares cada año una programación atractiva y variada. Todavía con resaca emocional, la directora del festival, Rebeca Cuenca, y el presidente de la asociación, Paco Fernández, mostraban su satisfacción ante el desarrollo de esta 49ª edición donde las compañías, la organización y el público han conectado a la perfección. “Hemos logrado recuperar la esencia contemporánea que nos caracteriza”, destacaba Cuenca, que agradecía también la masiva respuesta del público. El presidente de ‘Lazarillo’, por su parte, ponía en valor la dedicación de “tanta gente que trabaja por amor al arte”.
La comedia, protagonista de la programación
A excepción de la segunda jornada del ‘FITCtiritec’, que se suspendió por las rachas de viento, el resto de actos se han podido desarrollar con total normalidad. Tras ‘Carman’ y el tradicional ‘MicroFITC’, el jueves la compañía de Ruth Garreta ponía en escena ‘Oumuamua 2.0’ en el corral del centro cultural ‘Ciega de Manzanares’. Una original propuesta en la que una divertida azafata se embarcaba junto a los asistentes en la primera expedición espacial ‘low cost’ en una comedia cargada de mensaje. El teatro de sala arrancaba el viernes de la mano de Dos Bengalas Producciones con ‘Mujer en cinta de correr sobre fondo negro’ en la que Alessandra García abordó la conciencia de clase desde una perspectiva “de la cotidianidad del barrio”, invitando al público a la reflexión a través de la risa. El sábado fue el turno de ‘Espejismo cabaret’, a cargo de la compañía El Espejo Negro. Tres marionetistas dieron vida a extravagantes y esotéricos personajes en un impresionante montaje que mostró la otra cara de la sociedad, con sus pecados y errores. El telón de la 49ª edición del FITC ‘Lazarillo’ se cerraba el domingo con ‘Parade, el circo de los valientes’, de La Maquiné, que hizo las delicias del público infantil.
Una programación en la que la comedia ha sido la gran protagonista, tanto por las obras que se han representado a lo largo del festival, como por la elección del Premio Escena, que recogió el sábado Silvia Abril. Como es habitual, no faltaron las actividades paralelas del ‘OFFestival’ como el show inmersivo ‘Improfest’, el escape room ‘El último diseño de Manuel Piña’, el recital ‘Historias de ida y vuelta’, con poesía a cargo de Cecilio Amores, o el concierto de ‘Los Yonkis de Tablao’.
Toca ahora recuperar horas de sueño y coger fuerzas para la que será su 50ª edición que esperan “con ilusión de poder recibir financiación tanto pública como privada” para poder hacer “algo grande”. Con todo ello, Lazarillo ha vuelto a demostrar que tiene mucho que contar sobre las tablas y que su festival está más vivo que nunca.
