El 8 de octubre comienza la temporada hábil de caza en la región. El Gobierno de Castilla-La Mancha abre la veda y lo hace adaptándose a las actuales circunstancias con la publicación de un protocolo con el que se pretende crear “un marco seguro desde el punto de vista sanitario” para la actividad cinegética.
Dentro de la normalidad, este jueves se abre la veda en Castilla-La Mancha para las especies de caza menor (mamíferos, aves no migratorias, aves migratorias no acuáticas, excepto tórtola común y codorniz), así como para especies de caza mayor como ciervo, gamo, muflón y jabalí. El 15 de octubre se abrirá también para la caza menor de aves migratorias acuáticas y para la caza mayor de la cabra montés.
Félix Romero, director general de Medio Natural y Biodiversidad, ha explicado que la temporada hábil de caza es “un periodo muy importante para el desarrollo de la actividad en esta región y muy esperado por los cazadores” y que, “aunque este año se va a vivir de forma distinta, hay que pedir responsabilidad de todos los que se acerquen estos días a Castilla-La Mancha para su práctica”.
Por ello y dadas las especiales circunstancias en las que vivimos, la Consejería de Desarrollo Sostenible del Gobierno Regional ha elaborado en colaboración con el sector cinegético de Castilla-La Mancha un ‘Protocolo COVID-19 con recomendaciones y obligaciones de prevención e higiene para la actividad cinegética’. Con él se busca “crear un marco seguro desde el punto de vista sanitario”.
En dicho protocolo destacan recomendaciones como respetar lo estipulado en los planes de gestión cinegética, llevar consigo la documentación necesaria para cazar (documento de identidad, licencia de caza, seguro obligatorio, permiso de armas...), respetar los caminos y vías de uso público, así como el resto de zonas de seguridad donde se prohíbe el uso de armas de fuego para evitar posibles accidentes con el resto de usuarios del medio rural y natural.
En cacerías colectivas como ojeos, monterías o batidas, se deben extremar las precauciones guardando las distancias de seguridad establecidas con el resto de cazadores y haciendo uso de prendas reflectantes de color naranja para facilitar la visibilidad, asegurarse de llevar un teléfono móvil con carga suficiente para poder contactar o pedir ayuda en caso de cualquier eventualidad y atender las indicaciones de los agentes de la autoridad para el correcto desarrollo de las jornadas cinegéticas.
Este protocolo ha sido enviado con carácter previo a través de mensaje de texto a los cazadores para que conozcan las obligaciones cuando empiecen su actividad. “El protocolo es una iniciativa que ha sido bien recibido por el sector en el Consejo Regional de Caza que celebramos hace dos semanas” pues, como ha indicado el director general, “desde el Gobierno Regional creemos que la actividad cinegética requiere la máxima atención para que se pueda seguir ejerciendo con total seguridad, tanto para cazadores como para organizadores de las monterías”.
“Queremos que este protocolo sea una herramienta útil para la caza en estos tiempos de pandemia, ayudando a garantizar la práctica de una activad tan relevante desde el punto de vista social y económico en nuestra región”, ha añadido Romero, que ha destacado que “Castilla-La Mancha ha sido de las primeras comunidades autónomas que ha implantado esta iniciativa”.
Félix Romero se ha referido a que estas obligaciones y recomendaciones van dirigidas a los cazadores en la práctica de las diferentes modalidades de caza que, de manera general, no implicará una actividad de riesgo por COVID-19 siempre que todos los que participen (cazadores, acompañantes, organizadores, rehaleros, personal auxiliar...) tomen las precauciones debidas que sigue toda la ciudadanía en su vida diaria: distancia de seguridad de al menos 1'5 metros, uso de mascarilla y geles hidroalcohólicos, así como evitar actividades colectivas como la celebración del sorteo de puestos, desayunos, comidas o juntas de carne.
Romero también se ha referido a la importancia de la caza en el control de poblaciones cinegéticas y la puesta en valor de la biodiversidad asociada a los territorios donde ésta tiene lugar. “Esta práctica como herramienta al servicio del equilibrio ecológico de las poblaciones cinegéticas y en aspectos tan sensibles como el control de epizootias, como la fiebre porcina africana, o en determinados daños la agricultura. Por todas estas razones la labor de la actividad cinegética al servicio de la ecología es también muy importante en nuestra región, en armonía con la conservación del medio natural y de otras especies de fauna silvestre”.
Para asegurar que la actividad cinegética se desarrolle de forma sostenible y atendiendo a las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes se contará con el trabajo del Cuerpo de Agentes Medioambientales.
Casi 100.000 licencias de caza
Actualmente, en la región existen 5.871 terrenos cinegéticos, de los cuales dos son cotos sociales sobre terrenos propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y que han sido recuperados en esta legislatura: el de Cañadillas (en el término municipal de Sevilleja de la Jara, Toledo) con las especies cinegéticas ciervo y jabalí; y el de Cuarto Alarcón (en el término municipal de Ayna, Albacete) con las especies cinegéticas ciervo, jabalí y cabra montés. Además existen 120 zonas colectivas de caza.
En cuanto al número de licencias de caza, Castilla-La Mancha cuenta con 96.360 licencias expedidas: 7.029 en Albacete, 11.343 en Ciudad Real, 6.407 en Cuenca, 4.539 en Guadalajara, 63.657 en Toledo y 3.385 de otras provincias.
Toda la información sobre los periodos de caza en Castilla-La Mancha se puede encontrar aquí.