Con el final de los cursos de natación, la piscina de verano acoge un año más su tradicional torneo de las fiestas patronales. Una cita deportiva que reúne a cerca de un centenar de niños, niñas y jóvenes y que sirve para mostrar lo aprendido estas vacaciones. La principal novedad en esta edición ha sido la participación de personas con diversidad funcional que también han recibido clases de natación durante el verano.
En unas fechas en las que París sigue viviendo intensamente el deporte con la celebración de los Juegos Paralímpicos, Manzanares apuesta también por la inclusión, esta vez en su torneo anual de natación con motivo de las fiestas patronales. La participación de María José, Sonia y Pablo fue la gran novedad de esta edición, con la que, acompañados por sus monitores y arropados por todo el público que se acercó ayer hasta la piscina, demostraron que no existen barreras. El objetivo, según señalaba uno de sus monitores, Francisco Ballesteros, es dar una muestra de todo lo que han aprendido durante el verano y concienciar a toda la población sobre la importancia de la inclusión.
Esta exhibición se enmarcaba dentro del tradicional torneo que se lleva a cabo una vez finalizados los cursos de verano. Por categorías, cerca de un centenar de niños y niñas de entre cinco y dieciséis años participaron ante la atenta mirada de sus familias en una competición que se realiza cada año como cierre de la temporada. Este tipo de iniciativas, al igual que otros campus de verano, sirven para crear cantera de las escuelas deportivas municipales y despertar el interés por el deporte de la natación desde edades tempranas.