El alcalde de Manzanares, Julián Nieva, ha realizado un primer balance de la situación derivada por la crisis sanitaria del COVID-19 en Manzanares en la que ha destacado que no hay “ningún factor positivo”, y que ha obligado a los diferentes gobiernos a tomar decisiones desde el primer día “difíciles todas”. Con el agravante de combatir a un “enemigo invisible”, y ser uno de los primeros países afectados por esta pandemia, los profesionales esenciales, voluntarios de desinfección de las calles, y la ciudadanía en general han demostrado, para el regidor municipal, “un magnífico trabajo”.
Ahora que comienza el inicio de desescalada, el alcalde ha celebrado que la población salga a la calle “con responsabilidad”, aunque sigue pidiendo que se cumplas las recomendaciones sanitarias y no se baje la guardia para no revertir los datos de freno de la pandemia en la ciudad, y que confirman que a día 5 de mayo sólo quedan 5 personas ingresadas por COVID-19 en el Hospital Virgen de Altagracia, centro que además atiende a población de la localidad y comarca.
28 fallecidos por COVID-19, y 13 casos sospechosos
El primer edil ha señalado que “una sola persona muerta por coronavirus ya es una tragedia”, y ha lamentado que durante los últimos meses hayan sido “múltiples tragedias” las vividas en toda España, y en Manzanares, con dificultades especialmente difíciles también para familiares y allegados que afrontan esta pérdida en soledad.
Sobre los datos de personas fallecidas por coronavirus en la localidad ha recordado que las autoridades sanitarias han ido facilitando el número de fallecidos a nivel regional y provincial, pero no local. Sin embargo, comparando los datos de enterramientos con los de años anteriores, “hay un incremento importante”. En este sentido, ha detallado que se rondaban la veintena de fallecidos durante los meses de marzo y abril, y en 2020 “hemos tenido 67 enterramientos”.
Este aumento en más de 40 personas incluye a casi 30 personas que han fallecido fuera de la localidad “que han sido tratados en hospitales de fuera de Manzanares, o vivían en residencias o poblaciones como Madrid, Cataluña, Murcia, o incluso de otras localidades de la provincia”. Casos de fallecimientos por COVID-19, el alcalde confirma 28, “y para ser más precisos aún, hay 13 casos sospechosos”.
En cuanto a personas que hayan fallecido en las residencias de Manzanares, se han detectado 9 casos, “y no todas han fallecido por COVID-19”.
Julián Nieva ha trasladado su pésame por todos ellos, “siempre tendremos en nuestro recuerdo a quienes han perdido la vida, y les mandamos todo el ánimo y cariño a sus familiares”, y recuerda que decretó luto oficial desde el pasado 12 de abril en Manzanares, fecha en la que empezaron a ondear las banderas a media asta, “y tengo la pretensión de que siga así un tiempo más, hasta que volvamos a la normalidad”.
“Los profesionales sanitarios lo han vuelto a hacer”
El alcalde manzanareño ha puesto en valor la labor que personal sanitario y sociosanitario está haciendo durante esta crisis, y que ha impedido que la incidencia del coronavirus en Manzanares haya sido mayor, “es un trabajo eficaz en la organización, porque habíamos acumulado experiencia por una situación excepcional en la que Manzanares demostró lo que somos. Los profesionales lo hicieron, y lo han vuelto a hacer”, aludiendo al brote de legionela que se registró en diciembre de 2015.
Hospital y residencias se han coordinado también con el Ayuntamiento para la obtención de material de protección, entre otras medidas. Del mismo modo, el Consistorio implantó desde antes de la declaración del estado de alarma medidas excepcionales como la suspensión de actos o el cierre de instalaciones.
Llegado este momento de desescalada, comienza la fase de recuperación para la que se diseñan planes que fomentan la actividad económica a través de grandes empresas, comercio y hostelería. De manera paralela, durante todo este tiempo también se ha ofrecido asesoramiento desde los servicios municipales empresariales y consumo, así como la protección social que se ha incrementado tanto económicamente como laboralmente, incorporando, entre otras medidas, la puesta en marcha de un servicio de atención psicológica para familias afectadas por el COVID-19.