“Si las circunstancias cambian y hay que prohibir el botellón, lo haremos”. Así respondió el concejal de Sanidad y Seguridad Ciudadana, Juan López de Pablo, a una interpelación al respecto formulada este lunes por el Grupo Popular en el pleno municipal del mes de julio. El grupo mayoritario de la oposición también preguntó por el mercadillo, en cuyo regreso trabaja el Equipo de Gobierno. Será cuando “no se ponga en riesgo a la población”, según la edil de Consumo, Silvia Cebrián.
La Policía Local y la Guardia Civil han impuesto en las últimas semanas más de 50 sanciones en la zona del botellón por aglomeraciones, por no usar mascarilla, por ruidos o por miccionar en la vía pública, entre otros motivos. El botellón, según los informes policiales, no ha superado los 200 asistentes, en su mayoría con mascarilla y en grupos inferiores a 20 personas. Se lleva a cabo en la calle Víctimas del Terrorismo, donde se ha reforzado a diario la vigilancia y el control de las fuerzas y cuerpos de seguridad, según explicó el concejal de Seguridad Ciudadana y de Sanidad, Juan López de Pablo. “No ha habido ningún macrobotellón”, añadió.
El edil respondió en el pleno municipal de este lunes a las interpelaciones formuladas por el Grupo Popular, que acusó al Ayuntamiento de no tomar medidas ante el posible riesgo de contagio de la COVID-19 que se da en el botellón, por lo que pidió vigilancia y que se desinfecte la zona. La portavoz popular, Rebeca Sánchez-Maroto, propuso crear una mesa de trabajo sobre este tema con todos los sectores implicados y preguntó a López de Pablo si el botellón, en las actuales circunstancias, pone en riesgo la salud de los vecinos, si se va a seguir permitiendo su celebración y si hay alternativas de ocio nocturno que tengan en cuenta a los afectados, incluidos los jóvenes.
El titular de Seguridad Ciudadana explicó que el botellón ha arraigado hábitos de socialización desde hace muchos años “difíciles de eliminar con otras alternativas que han tenido y que siguen teniendo”. Recordó que quienes acuden son “los hijos de nuestros vecinos” y pidió no “criminalizar” el tema. “La cuestión es saber cómo y cuándo actuar, con proporcionalidad”, añadió López de Pablo, que advirtió que una disgregación de grupos por distintas zonas sería mucho más difícil de controlar. No obstante, anunció que, si las circunstancias cambian y hay que prohibir el botellón, se hará, siempre adaptando la actuación municipal a cada momento.
López de Pablo dijo que se funciona con informes de la Policía Local, “no a golpe de redes sociales”, y recordó que, como ha ocurrido en otros sitios, la prohibición del botellón no evita que haya rebrotes. Lo importante es el comportamiento individual, aseguró el edil, que apeló a la responsabilidad de los más jóvenes. “Si relajan el uso de medidas de contención pueden contagiar a padres y abuelos con consecuencias más devastadoras”, explicó.
El alcalde, por su parte, hizo igualmente un llamamiento a la responsabilidad y a la precaución, y se mostró comprensivo con la razonable preocupación de los vecinos. Julián Nieva, sin descartar las medidas que se precisen en cada momento, recordó que, con la ley en la mano, no se pueden prohibir reuniones de grupos de hasta 20 jóvenes y que los municipios que han prohibido el botellón lo han hecho por tratarse de concentraciones de más de 500 personas en espacios reducidos. “Anteponemos las medidas sanitarias a todo”, insistió el primer edil.
Nieva recordó que en Manzanares se toman medidas preventivas continuamente, incluso antes de que se decretara el estado de alarma. Destacó el comportamiento ejemplar que está teniendo Manzanares en líneas generales ante la actual situación y anunció que, además de reconocer a los profesionales sanitarios, se hará un reconocimiento a fallecidos y a quienes han padecido esta enfermedad.
Mercadillo y piscina municipal
La segunda interpelación que realizó el Grupo Popular fue sobre el mercadillo de los viernes para que vuelva a celebrarse con las medidas necesarias, como distanciamiento y limitando su aforo con la colaboración de la Policía Local y Protección Civil. La concejala de Consumo, Silvia Cebrián, explicó que con los 109 puestos que hay en el mercadillo no se pueden cumplir las distancias mínimas de seguridad entre ellos, por lo que el Ayuntamiento está trabajando al respecto con el fin de retomar la actividad con las máximas garantías, un proceso que “lleva tiempo” ya que además de controlar el aforo hay que garantizar la desinfección de manos de usuarios, la distancia interpersonal, la colocación del género o la desinfección de las prendas manipuladas por el público.
Julián Nieva añadió que otros mercadillos se han puesto en marcha en otras localidades reduciendo comerciantes o llevándolos a pabellones para controlar la asistencia, o bien por contar con puestos de alimentación y con muchos vendedores locales. No es el caso del de Manzanares, en el que el 99% de los vendedores son de fuera, además de atraer a numerosos clientes de otras localidades. Recordó que decidir sobre actos que concentran a muchas personas en espacio limitado “es complejo” y requiere de decisiones “muy difíciles” como fue suspender Fercam, “como será la suspensión de las Jornadas Medievales” o celebrar de manera muy distinta las fiestas de Jesús del Perdón.
Respecto al ruego que hizo del Grupo Popular de mejorar la vigilancia en la piscina municipal ante quejas por el robo de pertenencias, el concejal de Deportes, Manuel José Palacios, resaltó el esfuerzo que está haciendo el Ayuntamiento con más personal que nunca en un momento de reducción de aforo y lamentó que, tras un mes en el que han pasado 7.000 personas por el recinto, se pretenda alarmar por dos incidencias aisladas, según consta en los informes del Área de Deportes. “Siempre ha habido robos, también cuando gobernaba el PP y estaba el guardarropa abierto”, añadió Palacios, que resaltó el trabajo del personal de la instalación y agradeció el comportamiento que está teniendo la ciudadanía en la piscina.