Una de las obras de las que “más orgullosos” se sienten en el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Manzanares es la renovación de la red de agua del municipio. Así lo señala la concejala de Obras, Isabel Díaz-Benito, que ha visitado el comienzo de la segunda fase de las obras de renovación en la calle San Marcos, donde ya es visible el comienzo de los trabajos.
Esta actuación “forma parte de uno de los ramales más importantes de distribución de la población”, destaca la edil manzanareña, que detalla que también “se van a introducir modificaciones en el trabajo para mejorar la sectorización de la instalación”, de tal forma que si hubiera averías en las manzanas colindantes, gracias a un sistema de llaves, no habría que cortar el suministro en tanta superficie como hasta ahora.
Esta obra está ligada a una subvención nominativa de la Diputación provincial de Ciudad Real, “100.000 euros que se destinan para la remodelación de la calle San Marcos, y 100.000 euros que van para la Escuela de Música”, pero además, se dispone de otros 72.000 euros, también de la Diputación, “que se asumen dentro del Plan Extraordinario de Obras 2020”. Por tanto, de los 400.000 euros de montante global aproximado que supone la obra completa en las tres calles, cerca del 80% de la financiación corresponde a la administración provincial.
Con esta renovación de la red, los vecinos y vecinas de Manzanares van a notar una mejora en la presión del agua, pero también habrá una disminución del gasto vinculado al transporte de agua ya depurada que se pierde en puntos negros del municipio, y que va en la línea del nuevo plan estratégico 'Manzanares, ciudad de las energías renovables’.
Esta segunda fase continúa donde terminó la primera fase, en la carretera de La Solana. La actual tubería “sabemos que está en el final de su vida útil, lo que perjudica muchísimo el servicio”, recalca Sergio Noblejas, jefe del Servicio Técnico Municipal. La actuación consiste en la colocación “de una tubería de fundición dúctil con los mismos diámetros, pero mejorando el anillado con el resto de la población, sustituyendo algunas llaves que están obsoletas y poniendo nuevas llaves”.
La duración estimada de la obra es de 3 meses, “vamos a procurar que la interferencia tanto para tráfico como para los peatones sea la mínima posible”, apostilla Noblejas, “iremos haciendo la obra por tramos para no tener toda la calle levantada”.
Remodelación completa de la calle
Aprovechando que se va a levantar el asfaltado se va a modificar la morfología completa de la calle, “vamos a renovar la pavimentación, y en un futuro estamos trabajando para renovar incluso las luminarias; vamos a mejorar la accesibilidad, porque tenemos además aceras estrechas que van a mejorar su superficie; vamos a mejorar los cruces con otras calles y a adaptar la señalización para personas invidentes o personas con discapacidad; y vamos a respetar y mantener activas todas las plazas de aparcamiento”, subraya Díaz-Benito.
El aspecto final de la calle será “exactamente el mismo que en el inicio de la calle Blas Tello, donde ya está modificado un tramo con este tipo de pavimento y los dos niveles para tráfico y peatones, con acerado de plano continuo”.
De manera paralela se aprovechará también para mejorar el trazado aéreo eléctrico, ya que se va a realizar una canalización de cableado importante que será soterrado, eliminando así hasta tres postes que estaban en la acera y suponen una queja vecinal importante.