Con la bajada de las temperaturas, algunas personas como mayores, personas con enfermedades crónicas o mujeres embarazadas, son más vulnerables y se pone en riesgo su salud. Este año, más que nunca, es importante protegerse del frío. Por ello, Cruz Roja recuerda algunos consejos de interés.
Es importante no tomar medicamentos sin receta médica, y tener en cuenta que algunos medicamentos precipitan los problemas derivados de la exposición al frío. Se recomienda beber líquidos aunque no se tenga sed, sobre todo agua, y tomar una alimentación variada que incluya el consumo diario de fruta.
Asimismo, es importante beber líquidos calientes y azucarados, y evitar el consumo de alcohol, ya que disminuye la sensación de frío.
En el caso de utilización de braseros en casa o chimenea, es necesario ventilar la estancia de vez en cuando, para evitar la acumulación de CO2.
Cuando las condiciones sean adversas, se deben evitar los viajes innecesarios; en caso de tener que coger el coche, Cruz Roja recuerda que es mejor llevar el depósito de combustible lleno, portar cadenas y la batería del móvil cargada.
Igualmente, se recomienda no practicar deportes de montaña cuando la meteorología sea adversa.
Para los mayores de 65 años, se mantienen los consejos de seguir caminando habitualmente pero aprovechando las horas centrales del día, con calzado antideslizante y prendas de abrigo (como gorro, bufanda o guantes).
En el exterior, procura buscar refugio en un lugar cerrado. Si tienes que permanecer en el exterior, procura resguardarte del frío y la humedad; evita las actividades al aire libre, sobre todo una vez que se haya ido el sol, y no portes prendas apretadas ni mojadas. Pasea bien abrigado, usa gorro y toma precauciones ante el hielo en las calles, y evita la entrada de aire extremadamente frío en los pulmones, por lo que protege rostro y cabeza.
Para las personas de edad avanzada y enfermas de corazón, no es conveniente salir a la calle con frío extremo, ya que el frío ejerce sobre el corazón una tensión extra y existe riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
En el hogar es preferible permanecer en las estancias donde haya algún foco de calor, como un radiador o estufa, y donde se pueda estar abrigado.
Es imprescindible cerrar bien las ventanas, bajar las persianas y correr las cortinas, evitando que las corrientes de aire o el agua entren. Pese a ello, se debe ventilar la casa dos veces al día durante al menos 15 minutos para asegurar la renovación de aire.
Se recomienda el uso de mantas, estufas, radiadores, pero si se utiliza brasero de carbón o se enciende algún fuego, hay que dejar entrar el aire de cuando en cuando, para no correr riesgo de asfixia. Por la noche, es mejor apagar estufas eléctricas o de gas, y durante el día hay que comprobar que éstas estén lo suficientemente alejadas de visillos y cortinas, entre otros elementos inflamables.
Si sospechas del correcto funcionamiento de estos dispositivos, no los utilices; una mala combustión puede ocasionar intoxicaciones por los gases emanados.