Un nuevo sacerdote de Manzanares

Martín Tébar comienza su camino de “obediencia, humildad y misericordia”

El joven manzanareño ofició su primera eucaristía el domingo en la iglesia de La Asunción, ante centenares de fieles

El domingo fue un día muy especial para el manzanareño Martín Tébar. Tras ser ordenado sacerdote el sábado en la catedral de Ciudad Real, ofició su primera eucaristía en un abarrotado templo de la Asunción. En declaraciones a Manzanares10TV, el joven, que pronto se establecerá en su nuevo destino, Aldea del Rey, aseguraba haberse sentido “muy arropado” por su pueblo.

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se llenó de fieles en la mañana del domingo para arropar a Martín Tébar en su primera eucaristía. El joven manzanareño, de 27 años, estuvo acompañado, entre otros sacerdotes, por don Luis, don Benito, don José Felipe, don Pedro, don Alfonso, don Óscar Olivares, don Manuel Pérez Tendero, el también manzanareño Fray Francisco Alises y don Óscar Casas, profesor del Seminario, que le fue guiando durante toda la misa; así como tres seminaristas de la localidad.

Un día inolvidable para este recién ordenado sacerdote: “venir aquí a Manzanares a celebrar la primera eucaristía y encontrarme el templo de la Asunción tan abarrotado de gente, no me lo podía creer. Me sentí muy arropado, muy querido por mi familia, mis amigos y por todo el pueblo de Manzanares”.

Fue una misa muy emotiva, en la que no faltaron las sentidas palabras de su madre, Pilar; y que se transmitió también a través de un atronador aplauso, en el momento de la acción de gracias, en que Martín mostró su gratitud por los dones recibidos y por todas las personas que estuvieron a su lado. En su primera homilía, donde destaca que su objetivo era “que todo el mundo se llenara de paz y de alegría”, quiso trasladar tres importantes palabras: “a partir de las lecturas, el Señor nos invitaba a vivir tres cosas: obediencia, humildad y misericordia en nuestra vida. Y acabé pidiendo que rezaran por mi porque, como sacerdote, tengo que vivir más todavía esas virtudes y ser representante de Cristo en la tierra que no es tarea fácil, pero muy bonita”.

Con esta premisa comienza Don Martín su camino, en el que ha sido destinado como párroco a Aldea del Rey y vicario parroquial a Almagro. Asegura afrontar esta etapa “con ilusión”, a pesar de la responsabilidad que supone este nuevo ministerio. Una andadura en la que espera poder dejar huella y cumplir con su labor: “A mí me gustaría que luego la gente me recuerde como un sacerdote majo, que lo que hizo fue llevarles a Dios. Señalar dónde estaba Dios, que luego yo me vaya pero que la gente se quede con lo importante, que es Jesús de Nazaret, la Virgen y el Señor”.

Una vocación que ha cultivado en los últimos seis años de estudios, más un año de pastoral en Argamasilla de Alba, aunque reconoce que nunca imaginó que iba a ser sacerdote. Y es que, antes de pasar por el Seminario de Ciudad Real, tras cursar los primeros años de ESO en el instituto Azuer, finalizó secundaria y estudió el grado superior de Informática en la EFA Moratalaz.

“Después de estudiar informática fue cuando afronté que llevaba muchos años con la pregunta de si Dios quería algo más de mi y me imaginaba que podía ser el sacerdocio. Así que fui valiente, entré en el Seminario y me encontré con que me apasionó la Biblia, la religión… y poquito a poquito he ido estudiando estos años”.

Finalizada su formación, Martín era ordenado sacerdote el pasado sábado en la catedral de Santa María del Prado de Ciudad Real, junto con otros tres compañeros: Pascual García, Ángel García y Miguel Carretero. Un primer paso en esta nueva andadura que inicia este manzanareño, con el lema tomado del evangelio de San Lucas que se pronunció en su primera misa: “En tu Palabra echaré las redes”.