El jiu-jitsu brasileño es un deporte relativamente nuevo, pero también cuenta con una manzanareña entre sus practicantes que, además, compite con las mejores del mundo. Su último logro ha sido en el European IBJJF Jiu-Jitsu Championship 2022, donde acaba de cosechar una medalla de bronce.
Diana Peñalva lleva casi una década viviendo en la isla de Guadalupe, un territorio francés de ultramar ubicado en el sur del Caribe. Allí, además de desarrollar su faceta como fisioterapeuta, ha vuelto a competir al más alto nivel. Así lo demuestra la medalla de bronce que ganó la semana pasada en el campeonato europeo celebrado en Roma (Italia). “Estoy muy contenta porque no me lo esperaba. Es un premio al trabajo realizado durante muchos meses. ¡Ha sido una experiencia increíble¡”, confesaba por videollamada a Manzanares10TV horas después de subir al podio.
La ucraniana Viktoriia Dziuba, a la postre campeona del torneo, venció a la manzanareña en semifinales. Una derrota que no fue tan amarga, ya que tuvo doble recompensa. Además de la medalla de bronce, también ascendió de nivel como luchadora: en el mismo podio le otorgaron el cinturón azul, dejando atrás el blanco.
Ligada a las artes marciales desde los ocho años, hace poco más de doce meses que Diana Peñalva descubrió el jiu-jitsu brasileño y rápidamente se enamoró de él. Se trata de un deporte relativamente nuevo nacido en Brasil que se está poniendo de moda. De hecho, es muy popular en varios países europeos. Y engancha tanto que ha animado a la manzanareña a volver a competir a sus 37 años. La gran variedad de categorías existentes es una de las razones por las que la se decantó por esta disciplina. “Se adapta al nivel de cada persona porque se compite de acuerdo a nuestro peso, a nuestra edad, a nuestro cinturón... Eso permite que haya mucha gente practicándolo y por eso creo que está en auge”.
Diana Peñalva compite bajo la bandera de su club, el Gwada BJJ, que se volvió de Roma con siete medallas. La suya fue de bronce, un éxito que se suma al logrado en el campeonato sudamericano, donde finalizó en segunda posición.
Mientras llega el verano y con él nuevas competiciones en las que seguir demostrando su nivel, Diana seguirá entrenando duro en su club, al que acude cinco o seis veces por semana, y disfrutando del clima caribeño de su Guadalupe de adopción, pero acordándose de su pueblo, Manzanares, y de sus seres queridos, a los que confiesa echar mucho de menos.