Había previsión de lluvia y, efectivamente, las predicciones no fallaron; pero eso no fue impedimento para que la Cofradía de San Antonio Abad celebrara su tradicional hoguera a las puertas de la ermita de San Antón. Hubo lumbre sí, pero fue breve, ya que el agua y el viento obligaron a sofocarla pasada poco más de media hora desde que se prendiera. No faltaron los tradicionales cochinillos, que se pusieron a la venta en la sacristía del templo.
En torno a las 20 horas, según estaba previsto, los voluntarios de Protección Civil encendieron la hoguera en honor a San Antón, a las puertas de la bicentenaria ermita. La intensa lluvia que cayó durante buena parte de la tarde no fue un impedimento para que la Cofradía de San Antonio Abad celebrara su tradicional lumbre, aunque esta vez no hubo brasas en las que poder asar. Y es que, a pesar de que hubo varias decenas de valientes que no quisieron perderse esta cita, las precipitaciones y el viento obligaron a sofocar el fuego a poco más de media hora de comenzar.
Eso sí, la ermita estuvo abierta para que todas aquellas personas que lo desearan pudieran encontrarse con el patrón de los animales, hacer sonar el cascabel de cerdito, tocar la campana que corona el templo y comprar los típicos cochinillos del santo.
Para ello, allí estaban las grandes protagonistas de San Antón 2024, la mayorala, Alma del Río, y las dos ayudaoras, Nerea Fernández-Arroyo y María Muñoz, que durante la tarde estuvieron atendiendo a los vecinos y vecinas que se acercaron a por estos deliciosos dulces. Según aseguraba una de ellas, se sienten “muy felices de poder representar a su barrio en estas fiestas”.
Ya en el día de la festividad de San Antón, tras la misa solemne celebrada esta mañana y la posterior bendición de animales al mediodía, queda por delante la tradicional procesión con la venerada imagen. Está prevista para las 17 horas, aunque la predicción de precipitaciones hace peligrar su celebración.